¿Por qué insistimos en decir que nos gustan las cosas simples de la vida?
¿Por qué razón pensamos que el vuelo de una mariposa,
la lluvia vespertina de verano,
el amanecer, y el atardecer con sus colores de fuego,
el canto de las aves,
el aroma de la tierra mojada invadiendo el ambiente,
la continua caída de una cascada,
el jugueteo de las luciérnagas en los campos,
son todos cosas simples?
.
¿Acaso somos incapaces de entender
la grandeza de cada uno de estos eventos?
¿No nos admira ni siquiera el hecho
de tener la capacidad de observarlos,
de saborearlos, de llevarlos en nuestro recuerdo?
.
Cuando por fin podamos entender
todo lo que sucede a nuestro alrededor
como pequeños milagros,
entonces sabremos que lo único simple en este mundo,
es la mente del ser humano que no se maravilla ante nada.