Despertar día tras día hecho pedazos,
haciendo esfuerzo por mantenerlos unidos,
para enfrentar el mundo en una pieza.
.
Vagar por la calle,
teniendo un destino al cual llegar,
un sitio al que no se pertenece,
uno al que no se desea pertenecer.
.
Y andar por esas calles vacías,
o por otras atestadas de gente apresurada,
volviendo la mirada atrás,
con la esperanza de no ir perdiendo
lo que tanto trabajo a costado mantener unido.
.
Pasar el día completo anhelando,
anhelando estar en un sitio diferente:
en aquél en el que no se fue bien recibido,
o quizás en algún otro que puede ser,
brinde al fin, paz al corazón.
.
El día termina,
creyendo que la vida se escapa entre los dedos.
Termina como nunca lo pensaste,
como jamás lo habías deseado.